…Curvirectas…
* María…
– ¿Qué?
* Anoche te daba besos mientras dormías.
– ¿A qué viene eso?
* No sé, a veces se me agolpan las palabras…y…¿por qué no?, este es un momento tan bueno como cualquier otro para decirte que, muchas veces, mientras duermes, aprovecho para besarte…
– ¿Y por qué no me besas cuando estoy despierta?
* La verdad,…no lo sé,…cuando…cuando duermes te veo ahí tan…tan tú misma… pero esa «tú» que no eres nunca, pero que sigues siendo tú misma (sonríe confuso)
– …es tarde Antonio, duérmete.
* ¿Por qué?, ¡vamos a hablar como si la rutina no existiera!
– pero ¿qué te ha dado?
* María…María necesito estallar. Las vidas de todos a los que conozco, empezando por las nuestras son…son…son ¡lineas!, lineas rectas, y además, parece que todo el mundo ansía que sus lineas, sus ¡vidas!, se conviertan en rectas lo más sólidas posibles, y acompañarlas de otras paralelas,…mujeres, hijos, perros, y todas rectas, juntitas,….paralelas…
– …..y…tú, tú quieres Antonio…¿qué quieres?
* …Curvas María, quiero curvas, esquinas e intermitencias, subidas y bajadas… .Mira, yo, yo no soy escritor, ni poeta, no soy pintor ni músico ni actor…ya sabes que solo tengo mi triste ferretería,…pero leo María, leo mucho en mis horas de silencio y hastío entre tornillos. Y siempre me embriago de los textos, de los personajes y de las historias.
– Pero no entiendo cariño, ¿que es lo que quieres?.
* No quiero nada especial, te quiero a ti, y ni siquiera deseo dejar la tienda,…sólo…hablar María,… hablar de todo y de nada, conversar hasta morir, no dejar que las ideas y las palabras traviesas como estas me sigan apretando la garganta y me impidan respirar.
– Pues hablemos amor, si es eso lo que quieres…
* No te preocupes…solo…tan solo era una bobada que me cruzó la cabeza y las visceras. Seguro que mañana todo será igual de recto y tranquilo.
– Antonio…¿es eso lo que quieres?
* Es todo lo que quiero…todo podría ser peor (sonríe)
– Está bien,…voy a dormirme.
Antonio
* ¿qué?
– bésame si quieres…