…Si yo ya no estuviera…

octubre 31, 2007 at 11:48 pm (...Opiniones...)

Si yo ya no estuviera, ¿cómo me recordarías?. Como un recuerdo que se evapora rápido, como una muesca que deja huella, como una exhalación más, un número que se borra, una entre esquelas de domingo, ¿cómo?, y con que intensidad, solo cuando suena una canción que rememora, que recuerda, y, en ese momento, ¿con una leve sonrisa dibujando tú cara?, ¿con un fruncir de ceño y un labio entornado?.

Si yo ya no estuviera, si yo ya no viviera, que dirías de mi en cualquier charla-recuerdo, o en cualquier anécdota en la que surgiera, estaba allí, ¿me obviarás?, para no remover el polvo, ¿me nombrarás?, para que me quede en el ambiente.

Seré un recuerdo leve o un recuerdo fuerte, ¿seré un recuerdo?, ¿seré?, o a rey muerto rey puesto, mi madre rezará un padrenuestro y a seguir con las vidas, de vez en cuando, releer un texto, callar un minuto, o quizá ni eso.

…Si yo ya no estuviera…¿estaría?, en sus bocas, en sus cajones…

…Si yo ya no estuviera…

…¿Cómo me recordarías?…

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octubre 31, 2007 at 2:01 pm (Uncategorized)

lazo negro

Hoy habla la justicia, me pregunto si existe justicia como tal para ciertos actos. Espero que si, sueño que si.

Lo que nos queda es no olvidar, superar si, pero mantener viva la llama del recuerdo, por que un árbol sin raices no tiene tronco y sin tronco no hay ramas para recoger frutos.

 

<<Aprendemos de la experiencia que los hombres nunca aprenden nada de la experiencia.>>

George Bernard Shaw

 

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…Vida antes de la Vida…

octubre 31, 2007 at 12:19 pm (Uncategorized)

Un día me desdoblé y me miré por dentro, más bien hicieron que me mirara por dentro, muy concentrado, muy relajado, me hicieron bajar por unos cuantos escalones y abrir una puerta. ¿Qué ves?, y ahí empezé a narrar…

Es un prado, verde como ningún verde recuerdo, y con un cielo azul como ningún azul jamás ví, a izquierda y derecha todo acaba emborronado, han puesto limites a mi visión, camino por el, algún conjunto de arboles por allí, alguna loma por allá, pero me atrae aquel pequeño lago, muy pequeño, charca más que lago, quizá dos metros de ancho y uno de largo, voy hasta el y miro el reflejo, quizá residuo de tantas peliculas, pero en el reflejo no me veo, y no es que vea a otro u otra, simplemente no hay reflejo. Entro en el agua, ya que he venido hasta aqui no me iré sin mojarme, y el charco es profundo, corto pero enormememente abismal, me cubre totalmente y empiezo a hundirme, miro hacia arriba sintiéndome protegido por el agua, y me divierto contemplando esos puntos de luz que el sol crea a través del liquido…unos segundos más tardes salgo y al salir me parece haber limpiado algo, no se qué, parece que el charco ha cumplido las veces de purificador, de esterilizador, ahora desprendo luz, mucha luz. Sigo mi camino hacia aquella loma, por ejemplo, y se que detrás de ella algo hay, son esas cosas que se intuyen en los sueños y las regresiones. Cuando alcanzo la cima de mi loma, puedo ver a lo lejos un circulo formado por piedras grandes y diferentes, en ellas, nueve hombres, uno de ellos mira hacia mi con actitud divertida, me conoce, yo no le reconozco, algún otro parece poco amigo de la situación, como quien es consciente de que un niño juguetea alrededor y que es necesario su juego, pero que le descentra de lo realmente importante, aqui el niño soy yo, y mi juego es necesario, mi visita lo es, pero se que no me van a dejar que comprenda nada. Me acerco un poco más, y otro poco, y aquel que antes me mirara lo sigue haciéndo, y es más clara su actitud divertida, en sus ojos leo un: ¿pero de verdad no me reconoce?, extraña sensación esta de haber estado aqui… .Las nueve piedras van a morir por cada lado a una grande y cubierta de inscripciones, y las pequeñas tienen a sus pies una zanja hecha en la hierba, que a todas conecta y une con la grande. Intento mirar las caras de los presentes pero se me tornan desenfocadas, vuelvo a intuir que los limites no los pongo yo, veo lo que me dejan ver, y solo la cara de mi desconocido conocido se me es dada a observar, es hermoso, pienso, es demasiado hermoso para ser humano. En seguida los acontecimientos se disparan, un liquido o una luz liquida o un liquido cargado de luz empieza a manar de la gran piedra y a inundar las zanjas, yo me empiezo a separar del suelo, como si alguna enorme mano me cogiera con sus dedos indice y pulgar y me separara del evento, escucho, aún no, aún no.

Con todo esto me separan del lugar, empiezo a sobrevolar parajes, entre voluntaria y succionádamente,  vuelo a ras de tierra y a ras de mar, no me da miedo, no siento miedo, no tengo miedo, a un palmo del mar y a velocidad de vértigo puedo intuir formas bajo el, canales que se abren hasta el abismal fondo. En una de estas soy yo el que se introduce en uno de esos canales, caigo como absorbido bajo el mar, hasta topar con el suelo arenoso, y una vez allí sigo perforando el fondo, mis manos se esfuerzan por fabricar un camino, respiro agua y no me ahogo, sigo perforando, un potente instinto me dice que debo cavar con toda mi alma y asi lo hago, cavo, cavo y cavo sin preocuparme de quedarme sin manos,…creo que ya está, noto el fin del camino, se abre luz entre tanta oscuridad, algo agarra mi cabeza, tira de ella y empiezo a llorar.

 ¿Por qué lloras? – Me pregunta mi guía

Por que allí, encima mio, veo a mi madre, jovén, llorando y sudorosa y detrás, a mi padre, emocionado e inquieto. Pronto escucho los latidos de mi madre y al rato me dejo mecer en el regazo de mi padre, intento tocar su cara, su reloj, metálico y frío, intento hablarle con las palabras que conozco pero que no son su lenguaje…Lo dejo para luego, estoy muy cansado del viaje, pero como a todos, luego, se nos olvida el sueño.

¿Que ha sido todo esto?, pensé que vería mi anterior vida.

Parece que ésta es tú primera vida, y lo que has visto, la vida antes de cualquier vida.

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…Descuento…

octubre 5, 2007 at 11:07 pm (...Relatos...)

Érase una vez un cuento sin principio, que nadie podía empezar a leer y que nadie quería seguir leyendo. Érase una vez un cuento sin moraleja, ni moralina, ni mensaje, ni metáfora oculta, ni muy inteligentemente oculta. Érase una vez un cuento sin principe azul ni rana verde, sin princesa en ninguna torre, ni dragón guardando tesoro. Érase una vez que no se era, que no se fue, que nada ocurrió y que nada se contó. Érase un escritor de cuentos sin cuento que contar, un cuentacuentos mudo, un público sordo y mil ladrones de ideas.

Érase una vez una era en la que los árboles respiraban tranquilos pues no había nada que llenar en las hojas. Érase tinta en frasco, teclas polvorientas, cerebros secos, imaginaciones muertas. Érase una era de la muerte del poeta, del suicidio del escritor, de niños jugando a polis y cacos con botones, de teatros reinventados en sucursales del capital.

Érase una vez una historia descontada, un héroe o heroína, dormido bajo una cascada seca, un invierno sin risa, llanto, mueca. Érase una vez unas pisadas que no dejaban huella, una fogata sin fuelle, un mundo vacío al que nos acercamos y que, ojala no llegue.

 

 

¿Se acaba la imaginación?, se que no por que quiero creer que no, pero, ¿se acaba?, si, ya se que me sumo en la paradoja, pero es el rito de quien día tras día se baña en el sin sentido. Todos los días me enfrento gustoso a las teclas, y todos los días les saco mentiras y alguna verdad olvidada. Y todos los días sin excepción, todos, hasta los 30 de febrero y los 32 de Diciembre, todos, me pregunto, con las tres manos en mis seis cabezas, con las lágrimas cayendo por la comisura de mi ombligo, que sería del mundo sin todos los que lo nutrís de inventos, de inventaduras, de inventivas, de imaginario. Que anoche leí que la muerte dejó de trabajar seis meses en una ciudad sin nombre, y poco más atrás un hechizero que solo conocía un hechizo deambulaba por un universo tortuga con un cofre con mil patas. Antes incluso o quizá al mismo tiempo, descubría que si mezclas la magia con la psicología, tus problemas se solucionan guardando un trozo de carne en un bolsillo, todo esto mientras aquel extraterrestre seguía sin ninguna noticia de Gurb. Que sería de mi sin conocer a Tasselhoff Burfrot, a Momo, a Chijiro, quien me hubiera llevado a nunca jamás, que diantres sabría yo de la vida sin saber la historia de Raúl y de Sonia en aquella estación de autobuses, o de un mundo de ciegos, o de las cavilaciones de zaratrustra. Que sería de mi sin todas vuestras, nuestras, suyas y mías, creaciones, estupideces, deliciosas y absurdas teorías sobre la utilidad de una cáscara de sandía.

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